Dirían los teóricos del cine serie b (si éstos existieran) que hay directores muy inteligentes que hacen películas vulgares y horrorosas justo porque saben cómo hacerlas. Los hermanos Chiodo son de esos realizadores inteligentes y lo demuestran en esta ya clásica joyita de horror realizada a finales de la legendaria década de los ochentas llamada "Los Payasos Asesinos del Espacio Exterior", un título que no se recata en nada y que sugiere una interesante y cuasi absurda idea sobre el origen de los payasos.

La película recuerda a otros clásicos como Prom Night III, Evil Dead II, Demonic Toys, entre otras pelis que mezclan la comedia más ácida y absurda con el horror más desenfrenado. Los elementos o clichés de un circo juegan un papel muy hilarante en esta película: las palomitas de maíz, los globos, dulces de azúcar, ventriloquia, etc., son básicamente los protagonistas de la peli. Cuando la vi por primera vez hace ya varios años honestamente sí me horroricé pero ahora la veo (como todas las pelis que me asustaron de niño y las vuelvo a ver en estos tiempos) con más complicidad y una que otra sonrisa complaciente aunque tiene un par de escenas perturbadoras que la convierten en clásico del género. Los hermanos Chiodo, que son famosos por el trabajo que hacen dentro del departamento de efectos especiales, hicieron una tremenda joyita de culto en 1988. La película parte de lo absurdo, correcto, pero ¿qué es lo absurdo? Payasos extraterrestres que convierten a los humanos en algodón de azúcar gigantes para succionar su sangre con una pajilla y alimentarse; palomitas de maíz asesinas y helado ácido que carcome tu piel, horrorosas risas mientras dos escenas en particular perturban la mente: la del payaso que intenta atraer a una niña a sus garras y la pelea entre dos marionetas que resulta mortal para su inocente espectador. ¡Visualmente genial! Ya de por sí a los niños de estas generaciones la idea de un payaso horroriza sin más motivo que sólo estar ahí gracias a Stephen King y antes los hermanos Chiodo llegaron al cine para hacernos notar que unos seres pintados por todo el rostros, con vestidos coloridos y siempre sonrientes no son seres en los cuales uno pueda confiar. Diálogos irrisorios y en algunos casos con un humor pensante: “No necesariamente estos extraterrestres tomaron la forma de un payaso humano, más bien quizá los humanos crearon el concepto del payaso a partir de ver a uno de estos extraterrestres hace tiempo”.