Abstenerse espectadores que les atrae el film no por el poker sino por el supuesto romance que puede haber entre Bana y Drew Barrymore. En efecto éste existe, pero queda totalmente en segundo plano... y si hubiera quedado en tercero o cuarto casi que hubiera sido mejor. Digo esto porque simplemente no está bien conjugado. Da la sensación de estar ahí para no hablar todo el rato de poker. Para mí ése es quiza el error capital del film, que además se comete adrede para ver si se embauca a algún despistado no aficionado al poker. Hacedme caso, si no lo sois, no piquéis.

Dicho esto, lo realmente interesante de la película es la relación entre padre e hijo, ambos jugadores, ambos rivales. Entre ellos sí hay feeling, y demuestran en sus papeles monográficos y escasos que siguen siendo unos actorazos. Coincido en que la fotografía y la banda sonora son más que notables.

Saliendo del plano estrictamente cinematográfico, el desfile de "personalidades" del mundo del poker (Farha, Negreanu...) como figurantes, hará las delicias de los aficionados a este juego, además del gran realismo con el que se desarrollan las jugadas y las explicaciones que de ellas se dan. A pesar de todo ello y aunque lo pretende, no llega a peli de culto para el "friki" del póker. No creo que nadie este por la labor de destronar a "Rounders"...