Y a mí me ha encantado.

Lo primero que tienes que saber es que la película se desarrolla en el mismo escenario y solamente tiene 4 actores (pero qué 4 actores). En definitiva, es como si estuvieses viendo una obra de teatro.

A partir de ahí, te puede gustar o no soportarla.

Su director, Roman Polanski, logra que la misma no te aburra en ningún momento, con un muy buen ritmo y unos actores que se curran la interpretación (alguna más creíble que otra).

Polanski consigue pasar de una situación sin mucha importancia a una agobiante comedia negra, que he visto con una sonrisa en la cara que no me la quité hasta que no acabó (por cierto, se hace corta). Divertida a ratos, desesperante en otros, pero siempre interesante.

Las riñas ganan en intensidad a medida que cambian de bando los personajes (un matrimonio frente a otro; mujeres contra hombres y, sobre todo, cada oveja contra su pareja). El texto fluye y resplandece, satírico y gracioso.

Tienes que verla, recomendable.