Hay cientos de películas de psicópatas asesinos, pero no tantas que centren el desarrollo dentro del mundo empresarial. Matar para sobrevivir dentro de una compañía, o para ascender a mejores puestos. La primera que recuerdo haber visto de ese palo fue "American Psycho", un auténtico clásico lleno de glamour.

En esta otra película el protagonista no es un yuppie que come en restaurantes de lujo, que tiene un piso con impresionantes vistas y que se encabrona al ver el color y satinado de las tarjetas de visita de sus colegas, si no un simple cargo intermedio en una discográfica aspirando a subir un escalafón.

Estas películas ya se sabe cómo van: una muerte lleva a la otra, y se va haciendo una gran bola. Resulta entretenida, aunque no está tan cuidada como "American Psycho", ni el protagonista tiene el carisma de Christian Bale, aunque reconozco que le pega al papel.