Es así como Ángeles Mastretta de alguna manera define a las mujeres de las décadas de inicio del siglo XX, quienes eran tomadas por el hombre de cualquier nivel social como objeto sexual, decorativo o doméstico; mujeres sin voz ni voto y siempre sometidas a las decisiones de la figura masculina. Es arriesgado comentar una adaptación cuando no se ha leído la novela, pero dada la polémica que ha generado Arráncame la vida y la satisfacción con que ha dejado a mucha gente, me incita a generar un comentario.

Arráncame la vida es la historia de una mujer joven (Catalina) de quince años para ser exacto, tomada por un individuo ambicioso, cínico, impositivo, mentiroso y corrupto (Andrés Ascencio), inmiscuido en la política, aquí él tratará de escalar los peldaños que le permitan llegar al poder a cualquier precio. Daniel Giménez Cacho y Ana Claudia Talancón son reunidos por la producción para representar a la pareja central, dando resultados aceptables en la mayor parte del metraje, aclarando que existen escenas pobres en cuanto a interpretación, falta pasión, cachondeo, uno de los aspectos que a ella le interesan de él. Es insuficiente el lenguaje soez y alguna que otra caricia, es una cuestión de actitud que Ana no refleja a cuadro (por lo menos con Daniel).

También comento que la novela no desarrolla al máximo los aspectos socio-políticos; aquí me parece ver solo esbozos de la política imperante del momento; pasa de la insatisfacción femenina; a las infamias cometidas por el marido en contra de campesinos; al rol de madre de ella en forma repentina; a la envidia de Andrés generada por su mejor amigo; a la infidelidad de ella; vamos que el tiempo es limitado y el que mucho abarca poco aprieta, el trabajo de adaptación pudo ser inconciso. (Tendré que leer la novela, prometido).

Un punto destacable son algunas escenas donde se puntualizan los derechos que tenemos los hombres, solapados por nuestra sociedad hoy en día, sin permitirle a la mujer que también los ejerza, aun con una protagonista que desafía sutilmente las decisiones de su marido.

Pero no todo es negativo o neutral en este trabajo, cabe mencionar que la producción no ha escatimado gastos y se aventura a la filmación de una historia situada en los años 30’s y 40’s del siglo pasado, trabajo que técnicamente se coloca como uno de las mejores de los últimos tiempos, con logros inimaginables en dirección de arte, vestuario y peinados, al recrear detalladamente la época y trasladarnos al México conservador del tiempo.

Y para concluir, los jueces que decidieron enviar esta película a los Oscar 2008, queda aclarado el hecho de que la inversión extranjera, la adaptación de una novela famosa o el gran trabajo de dirección de arte, no implica una nominación segura. ¿Alguna objeción?