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Juan Marey rating:
9
Fantasy. Drama An old bitter miser is given a chance for redemption when he is haunted by ghosts on Christmas Eve.
Language of the review:
  • es
July 7, 2019
14 of 16 users found this review helpful
Si hay una película que representa el espíritu de las fiestas navideñas, esa es seguramente uno de los títulos más célebres de la rica filmografía del maestro Frank Capra: “¡Qué bello es vivir!”. Sin embargo, durante estas fechas también es usual que las distintas cadenas de televisión emitan alguna de las múltiples adaptaciones cinematográficas de “Cuento de Navidad”, una de las mejores y más populares obras de uno de mis autores favoritos: el gran Charles Dickens. Publicada en el año 1843, esta pequeña novela nos relata la historia de Ebenezer Scrooge, un hombre avaro y egoísta que experimenta una profunda transformación tras la visita de tres fantasmas (pasado, presente y futuro) en Nochebuena. La novela corta consiguió un éxito inmediato y el aplauso de la crítica; a ello contribuyó el perfecto retrato de su personaje y la sincera hermosura de su mensaje.

De ese precioso relato se han hecho múltiples versiones cinematográficas, a mi particularmente, ésta de la que hoy os hablo, es la versión que más me gusta. Su director es el irlandés Brian Desmond Hurst, del que se dice que es uno de los directores más prolíficos del cine en Irlanda durante el siglo XX, también fue amigo personal de John Ford al que asesoró durante el rodaje en Irlanda de “El hombre tranquilo” (1952). En cuanto a los conocidos personajes de la novela, creo que el escocés Alastair Sim, -leyenda en Inglaterra pero no muy conocido fuera de las Islas (aunque es prueba de su grandeza que un tótem del Séptimo Arte como Alec Guiness lo considerara su maestro) y además famoso en el Reino Unido por interpretar un personaje femenino, Miss Fritton, en la exitosa comedia “The Belles of St. Trinian's” (1954) - es un Ebenezer Scrooge perfecto, es decir, un egoísta, tacaño, avaro, solitario e inaguantable y cascarrabias viejo al que la vida -o mejor dicho, la muerte- concede una segunda oportunidad para cambiar su futuro.

Técnicamente es una delicia, la ambientación recreando el Londres victoriano está llena de realismo. La puesta en escena cautiva, la música que acompaña durante casi toda la película no cansa ni estorba y los efectos especiales están realmente bien logrados. Muy recomendable, una versión del clásico entrañable y emotiva, todo un canto a la vida, ¡todo un canto a vivir y a disfrutar de la Vida!
Juan Marey
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