No puedo escribir sobre "Los Gonnies" sin que un sentimiento de nostalgia se apodere de mí. Es entonces cuando empiezo a recordar con ternura aquellas primeras películas que hicieron que me enamorara del cine. Aunque ésta en cuestión la ví algo mayor, pronto reconocí que estaba ante una película especial. El fin de algo en común hace brotar una amistad verdadera entre un grupo de niños vecinos de los muelles de Goon. Ese fin concretamente es la demolición de sus casas, pero bien podría ser también el miedo ante el fin de la inocencia y la respuesta de negación a través de la imaginación y de la amistad.

A través de un envoltorio comercial-aventurero, creo atisbar en esta película una contundente reacción contra la incapacidad de maravillarse y la falta de imaginación del mundo adulto. Ésta es mi interpretación pero "Los Goonies" también puede ser muchas otras cosas. Entre ellas una muy entretenida cinta familiar, un buen ejemplo del género de "amistad" muy propio de los 80 (otro buen ejemplo sería "Cuenta conmigo") o una invitación a la aventura a través de lo desconocido.

Cada vez que vuelvo a ver "Los Gonnies" recuerdo aquellos años libres de ataduras, con la libertad de la imaginación, la felicidad de la aventura y la sensación de tener alguien a tu lado con quien compartir tu vida.