Buena película, totalmente exenta de maniqueísmos, con un sobresaliente reparto donde encontramos a un Al Pacino como siempre soberbio en su papel de policía de investigaciones consagrado pero con un conflicto en su interior que lejos de dejarlo de lado, lo persigue y lo compromete a realizar actos que, uno como espectador no termina por entender, ni por creerle o no, y es que es eso lo que nos trata de mostrar esta película, que muchas veces las cosas no son lo que parecen, que el malo no siempre es malo y el bueno no siempre es bueno, que somos un poco de todo, con una historia propia, y que a veces ni nosotros mismos entendemos porque hacemos las cosas ni las consecuencias que dicho accionar nos traerá. No es una historia típica de policías ni ladrones, ni un capítulo más de alguna serie por televisión de investigaciones, es una película psicológica, poco pretensiosa pero con paisajes hermosos que contrastan y coadyuvan a entender el mensaje que el director nos quiere transmitir. Sencilla pero interesante.