Veía el trailer, el afiche, las críticas y los comentarios y no me apetecía nada verla. No soy fan de los videojuegos y Jim Carrey siempre me ha resultado cargante pero...mi acompañante quería verla porqué era su juego favorito. Así que cedí y entré en la sala con todos los prejuicios y prevenciones del mundo para llevarme una de las sorpresas más agradables de los últimos meses. He vuelto a tener 10 años y me he reído y he disfrutado como hace mucho tiempo que no lo hacía. Al final de la película, aplausos entusiastas de un público que se lo ha pasado bomba y que espera una segunda parte que, por la cantidad de espectadores en la sala, seguro que llegará.
La historia es de lo que conocemos como cine familiar y completamente blanco. El personaje principal tiene vida y se hace querer por el resto de personajes y por toda la audiencia por su ternura y simpatía. Técnicamente extraordinaria y con una ambientación y una banda sonora que te hacen vibrar y formar parte de todo lo que se ve en pantalla por fantástico que parezca.
Jim Carrey ha vuelto y lo hace con un gran carisma y con éxito que espero se traduzca en más presencia en la cartelera. Es un buen actor al que se le recuerda por su histrionismo de manera injusta pues lo hemos visto en grandes películas como EL SHOW DE TRUMAN o EL MAJESTIC. Me ha sorprendido gratamente. James Marsden es un actor todo terreno estigmatizado por ser el chico guapo del reparto que, sin embargo, ha tenido grandes papeles en títulos como HAIRSPRAY, aquí aguanta el tipo de tener que lidiar con un CGI muy logrado durante todo el metraje.
Divertida, entrañable, espectacular, muy entretenida...¿Se le puede pedir más? Muy recomendable para ver con los peques de la casa y disfrutar con ellos.