Hablar de esta película es como echar la vista atrás, a unos años 80 cuando era un chaval y veía esta película u otras como 'El último dragón', 'Cazafantasmas', 'Cortocircuito', 'Regreso al futuro', 'Gremlins' y otras de aquella época. Quizá no fuesen grandes películas, pero con ellas crecí y ahora cuando las ponen en la tele, aunque las haya visto cien veces, las vuelvo a ver. Bueno, en realidad, la mayoría de ellas las tengo en DVD y de cuando en cuando me las vuelvo a poner.
Ésta en concreto no sé qué tiene, pero de todas ellas es la que más me gusta. Es una película sencilla, sobre unos chavales que salen a la caza de un tesoro, que son perseguidos por unos tipos muy malos y que corren un sinfín de aventuras. El argumento no es para tirar cohetes, pero la película engancha desde la primera escena, en la que los Fratelli se escapan de la carcel.
Personajes como Mikey (Sean Astin), su hermano Brand (Josh Brolin), Bocazas (Corey Feldman), Gordi (Jeff Cohen), Data (Ke Huy Quan), Andy (Kerri Green), o Stef (Martha Plimpton) como esa pandilla a la que todos queríamos pertenecer de niños, los Goonies, el deforme Sloth (John Matuszak), esa especie de vengador tóxico e, incluso, los malvados Fratelli (Robert Davi y Joe Pantoliano) con su madre (Anne Ramsey) se han convertido en parte de nuestra vida.
No puedo escuchar 'Good Enough', de Cindy Lauper, sin acordarme de esta película, no puedo ver 'Matrix' o 'El señor de los anillos' sin pensar ¡anda, ese tío sale en 'Los Goonies'! (por Joe Pantoliano y Sean Astin). En fin, una de las películas de mi vida, sin duda.
Se rumorea que quieren hacer una segunda parte con los mismos protagonistas de la primera entrega (excepto Matuszak y Ramsey, ya fallecidos) y yo digo ¡por favor, no la hagan, que la película ya es lo suficientemente buena como está!