Las bandas de criminales carecen de todo tipo de prejuicios, son hombres sin moral que solo encuentran en las situaciones límite la adrenalina que necesitan para vivir.

Raoul Walsh nos ofrece en su película la posibilidad de seguir las intenciones y acciones de una de estas bandas en las que los mejores diálogos los realizan los revólveres y las escopetas.

Esta antigua película poco a porta al mundo del cine con una sobre actuación del protagonista James Cagney, que con su cara de malvado amenaza y dispara a todo aquel que no le gusta.

Bellísima Virginia Mayo, desaprovechada en un papel secundario de poco relieve.

En fin, una película con mucha acción y pocos argumentos y diálogos interesantes, que consigue que nos removamos en nuestro asiento más de una vez.