La película narra la historia de Charlie Wilson (Tom Hanks), un congresista que recauda dinero y envia armas a los afganos en su lucha contra la invasión de la Unión Soviética. En la película se refleja lo que tantas veces han hecho los Estados Unidos, intervenir en conflictos por sus propios intereses y una vez finalizados dejando de invertir dinero a su vez en la reconstrución del país, solo que esta vez crearon un monstruo que se volvió en contra suya, pero esa es una historia que ya todos conocemos.
Película floja que ni siquiera las interpretaciones de Tom Hanks y Philip Seymour Hoffman la convierten en buena. Si intenta ser una película de denuncia, no lo consigue.