Sylvia (Tricia O'Kelley), una atractiva treintañera encargada de dar el tiempo en una emisora de televisión de Seattle, pierde los papeles y larga una encendida perorata en directo en contra de Dale (Mark Harmon), el tipo con el que estaba saliendo y presentador de las noticias que le estaba poniendo los cuernos con su compañera Sherry (Kaitlin Olson), ante el regocijo del productor y la anonadada pareja pillada en falta.

Sylvia es despedida, no encuentra trabajo como periodista debido a su bien ganada fama como problemática y acaba como camarera, además de instalada en casa de su hermano Walt (Ryan Devlin), un tipo soltero por cuya casa anda siempre su amigo Byron (Patrick J. Adams).

Pasable comedia independiente con toque romántico, con un desarrollo de la trama, y enjundia de los gags y equívocos, de canónico episodio piloto de sitcom televisiva de mitad de la tabla para abajo, que parece ser tuvo buena acogida en Sundance, pero que a mi juicio se queda en eso, una más de las comedias que se dejan ver en una tarde tonta, en la que la parte romántica chirría bastante con esa falta de química y sosería que transmiten la chica y el amigo del hermano (el toque indie de la diferencia de edad apesta a maniqueo) y la parte dramática tres cuartos de lo mismo.

Como curiosidad podemos ver en un breve papel al ochentero Jon Cryer (otro que tal baila en cuanto a sosería) en un breve papel de, se supone graciosete, cita de la muchacha.