Nada que ver con las dos anteriores en las que pudimos disfrutar con las andanzas del bueno de Santiago Munez (Kuno Becker), estamos ante una autentica bazofia en la que Santiago asoma la gaita 3 o 4 veces a lo largo del metraje a modo de cameo ya que no tiene ningún peso en la estúpida historia, que para resumir y no perder el tiempo escribiendo sobre esta bazofia, es la peor y más risible película sobre el mundo del futbol que he visto en mi vida (y créanme, he visto prácticamente todas).
Lo peor no es lo mala que es, sino la putada que supone cerrar el personaje de Santiago Munez de forma tan vil, destrozando las expectativas de los que esperábamos una digna historia sobre el final de su carrera deportiva y familiar.