Hit indiscutible en los videoclubs de los 80, nos encontramos ante una de las mejores películas de serie b de terror que tuvimos ocasión de ver por aquellos tiempos y una de las mejores de Wes Craven. Entretenida y subyugante historia, que nos narra los estropicios que causa una criatura, creada por un habilidoso muchacho, introduciendo, en el cadáver aun caliente de la vecina, (amiga suya y muerta a consecuencia de una paliza del padre), el cerebro de un robot, fabricado por el mismo, logrando una indestructible criatura, con apariencia de dulce rubia, (una Kristy Swanson ,realmente inquietante, cuando se transformaba en una especie de zombie/terminator, vengadora de los mas mínimos ultrajes a su creador)), que por un quítame allá estos pelos te mandaba al otro barrio en un santiamén, con la consiguiente inquietud por parte del vecindario. Aunque vista hoy, le pueda parecer a algunos mal informados, una frikada, es una cojonuda película de terror a reivindicar.