Estamos ante una historia sobre la desaparición de una niña en suelo americano a pocas millas de la frontera de Méjico y la búsqueda de esta por parte del padre y la mujer con la que éste vive tras la muerte de su primera esposa (y madre de la niña).

Con este arranque que debido a estar situado en una zona (frontera Méjico- EEUU) tristemente de actualidad en el tema de desaparición de niñas y a la inclusión de elementos religiosos rayamos en la santería (o como quiera que se llamen los cultos raros de la zona), no sabe uno si se encuentra ante una película de terror brujeril o ante el clásico thriller al uso, o ambas cosas, o ninguna.

Narrada de forma pausada y dejando muchos cabos sueltos y situaciones mal resueltas, nos encontramos ante un maremágnum de giros de guión, que una de dos, o pasas de involucrarte en ellos y te dejas llevar tan sólo deseando que acabe la función, o entras en el juego y pasando de prejuicios ante tal cumulo de despropósitos, te acomodas y te dices "- venga, que pase el siguiente".

En cuanto a los actores, Simón Baker en el papel del padre, Paz Vega en el de la madrastra y Chloe Moretz en el de la niña, están pasables dentro de lo que se pueda estar con unos personajes nacidos de tan rocambolesco guión.

En resumen, estamos (a mi juicio) ante el perfecto ejemplo de una película a la que la puntuación "5, pasable" le viene como un guante (lo siento si no te ha quedado muy clara la reseña, pero si te sirve de consuelo te diré que "Ya somos dos").