July 2, 2009
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Sin duda una obra clásica del teatro y del cine, Un tranvía llamado deseo es un título obligatorio de leer y de ver.
A medio camino entre el teatro y el cine estamos ante unos actores memorables y bien recordados por estos personajes.
La película se adentra poco a poco en las mentes de estos personajes, Blanche, Stan y Blance, tres personajes bien retratados y actuados, especialmente la pobre Blanche.
Un hombre machista, de los barrios bajos queriendo imponer su poder en la casa que él reina y domina, sometiendo a todo lo que le rodea e imponiendo su ley, un carácter característico de aquellos que participaron en la segunda guerra, con tendencia al alcohol y a la violencia somete a su pobre mujer la cual a veces se siente con la necesidad de ser sometida, dos personajes que a su manera se entienden bastante bien.
El entendimiento de estos dos personajes se rompe hasta que aparece la hermana de Blance, Blanche una mujer con miedo a la vejez, a la muerte, alcohólica y una serie de cosas que le llevan a un trastorno psicológico escondiendo bajo una mascara de inocencia un sórdido y negro pasado.
Uno acaba odiando a los personajes, sintiendo lástima por todos y queriendo saber la verdad de todos que solamente en algunos momentos uno llegará a suponer ya que solamente se rozarán ciertos temas sin llegar a hablar con pura claridad.
La película trata a los personajes con dureza haciendo que se enfrente entre ellos sin piedad.
Con esa música jazz se consigue ese toque especial y americano, una música que enmarca a los personajes en el ambiente de los barrios bajos de New Orleáns.
Una película imprescindible.
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