El veterano director Sidney Lumet, en el ocaso de su carrera como director, nos ofrece un film que podría ser perfectamente la cima de su obra como cineasta. El film cuenta cómo dos hermanos (interpretados por Ethan Hawke y Phillip Seymour Hoffman respectivamente), planean atracar la joyería de sus padres como vía para sanear sus respectivas economías.Sin embargo, las cosas no resultarán como estaban planeadas.

Fragmentando la historia en diversos pedazos conectados entre sí sin preocuparse en ordenarlos cronológicamente (incluso repitiendo alguna secuencia cambiando el punto de vista), y con una puesta en escena calculadamente fría y aséptica, la cámara de Lumet centra su foco en la trama en que se ven envueltos los protagonistas, todos ellos ligados por parentesco y que de alguna forma tienen algo que ver en la historia.

De esta forma, el director se olvida totalmente de la investigación policial (de hecho apenas aparecen en el film), y difuminando cualquier otro elemento que no sea el de los personajes principales. Más que un "thriler" al uso, parece que Lumet pretenda ofrecernos una radiografía sobre una familia, sin pretender trascender más allá de lo que vemos, pero que inevitablemente parece remitirnos a la clase media-acomodada típica norteamericana. Y sobretodo a su desestructuración, en especial los miembros de la segunda generación. Mientras los padres (interpretados por Albert Finney y Rosemary Harris), mientras que los hijos tienen unas relaciones bastante alejadas: mientras que la mujer de Phillip Seymour Hofman (interpretada por Marisa Tomei) le es infiel con su propio hermano, la mujer de Ethan Hawke está divorciada de él y constantemente le acosa para que cumpla con sus pagos.

Posiblemente, el director pretenda hacer un paralelismo metafórico entre la desestructuración con que nos cuenta la historia, con la desestructuración familiar que nos muestra.De todas formas, la mirada de Lumet, aunque pesimista, no es una mirada crìtica, sino más bien aséptica, nos permite contemplar todos los puntos de vista implicados en la historia, pero sin juzgar los hechos. La principal baza del film está en las brillantes actuaciones, sobretodo del trío masculino, principales protagonistas del film, los tres están soberbios, y lo cierto es que sería dificil elegir sólo a uno, ya que bordan tres personajes bien diferentes entre sí. A pesar de todo, Lumet no puede evitar llevar en ocasiones un ritmo un tanto errático, y posiblemente se podría haber ahorrado el repetir determinadas escenas que no aportan apenas nada a la historia. De todas formas, sin llegar a ser perfecta, no cabe duda que el director nos ofrece una gran película.