Mi chica es un telefilme de sobremesa. Sin más.
De realización televisiva (muy televisiva, de hecho), trama melodramática y actores populares (Dan Aykroyd y Jamie Lee Curtis, bastante familiares entonces en sus carreras), se trata de una película agradable, que da lo que promete (sonrisas y lágrimas, básicamente) y que resulta muy simplona y muy tópica, pero sin duda efectiva.
El mayor motivo por el cual se la recuerda es por la química infantil entre el entonces ya superestrella Macauley Culkin y Anna Chlumsky, que hacen un muy buen trabajo para su corta edad y son responsables de buena parte de la carga emotiva de la propuesta.
Aceptable, sin más, pero emotiva y efectiva.