Sam Raimi, uno de los maestros del terror de los 80 hasta hoy, gracias a cintas míticas como Posesión infernal o Terroríficamente muertos, se reinventó años más tarde en otros géneros, como el western (Rápida y mortal, hoy muy recordada por ser de los primeros trabajos de Russel Crowe y Leonardo DiCaprio), el cine romántico (Entre el amor y el juego) y, por supuesto, el cine de superhéroes (la primera trilogía de Spider-Man).
Sin embargo, en Premonición, volvió al terror o, más bien, al thriller psicológico y sobrenatural con una historia sobre una mujer que "ve" cosas que no debería y se encuentra de pronto involucrada no sólo en la investigación de la muerte de su propio marido, sino en la desaparición y asesinato de una vecina. El resultado es una cinta no sólo de lo más entretenida, sino también muy bien construida, con buenos personajes y bastante tensión.
Y vaya reparto ha reunido Raimi para la ocasión. Desde una Hilary Swank recién galardonada con su primer Oscar, hasta una Katie Holmes pre-Tom Cruise disfrutando entonces todavía del éxito de Dawson Crece, pasando por un turbio Keanu Reeves, Giovanni Ribisi en uno de esos personajes inquietantes y con algo extraño dentro de la cabeza que borda el villano de Avatar, el siempre excelente Greg Kinnear y, por supuesto, una Cate Blanchett en uno de los personajes más curiosos de una carrera que apenas ha tocado el fantástico y el terror. Con todo, pese a que este no es el terreno en el que mejor se defiende la australiana, una vez más da una lección de talento, presencia, carisma y fuerza en la pantalla, y su aspecto angelical y esos rasgos que tienen le van perfectamente a Annie.
En definitiva, una película interesante, más de lo que parecía en un primer momento, y una demostración de la madurez de un cineasta deseoso de explorar otros tipos de thriller y terror, más refinados y más adultos.

Lo mejor: El reparto, excelente, el desarrollo de personajes y la tensión de la narración.
Lo peor: Podría haber sido más corta y más aterradora.