Sam Mendes llegó y cambió para siempre la concepción escénica de Cabaret con su visión renovada del Emcee, las mesas en la platea (simulando estar realmente en el Kit Kat), su ambiente decadente (reflejado en el vestuario) y su énfasis en la tragedia. La historia de Sally, Cliff y el auge del nazismo jamás había lucido tan espectacular, tan emocionante y tan terrible. Muchas cosas cambiaron con esta versión que han sido incorporadas después en producciones posteriores, como el final tan espantoso, por ejemplo.
Para ver una y otra vez, porque todo es maravilloso: los intérpretes, las canciones, el sentimiento, el mensaje. Real como la vida misma. Por desgracia.

Lo mejor: Todo
Lo peor: Nada