La ley del silencio es una obra maestra. Sin más.
Dejando aparte el muy controvertido comportamiento de Elia Kazan delatando a compañeros ante la Comisión de Actividades Antiamericanas durante el Macartismo, de lo que no hay duda es de que fue uno de los mejores realizadores de la Historia, y esta película es una prueba de ello. Todo en ella es de primerísimo nivel: el ritmo, perfecto; la emoción, auténtica (ver el final, apabullante); la dirección de Kazan; las interpretaciones antagónicas de esos dos monstuos que eran Marlon Brando y Lee J. Cobb (que también estuvo fabuloso en Doce hombres sin piedad); la presencia angelical y maravillosa de Eva Marie Saint (¡y sólo era su primera película!); unos personajes complejos y muy bien desarrollados; y una historia que mezcla de forma original la mafia con temas sociales.
Sencillamente magistral. Para disfrutar una y otra vez.

Lo mejor: Todo
Lo peor: Nada