Bailo por dentro es una película preciosa. En el fondo y en la forma.
Pocas veces una película ha reflejado tan bien lo que es la vida diaria para una persona con discpacidad: las dificultades para cosas tan sencillas como comer o irse a la cama, el ostracismo social, las dificultades para comunicarse... todo eso está en Bailo por dentro, contado con un cariño, un respeto y una habilidad narrativa dignas de elogio.
Y qué decir de las actuaciones de James McAvoy y Steven Robertson. Sí, de acuerdo, podría haberse escogido a actores con discapacidad real, pero ¿por qué no se criticó lo mismo en Mi pie izquierdo, Yo soy Sam o tantas otras películas sobre personajes con alguna necesidad especial? Absurdo debate donde los haya, sobre todo cuando McAvoy está tan encantador y carismático como Rory y cuando Robertson da esa lección de introspección en un personaje tan complicado como Michael.
Muy recomendable.

Lo mejor: Su mensaje y su pareja protagonista
Lo peor: Tiene cierto tufo a telefilme lacrimógeno de sobremesa