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Talibán rating:
7
6.6
3,343
Action. Film noir. Thriller
A vicious London gangster, Jack Carter, travels to Newcastle for his brother's funeral. He begins to suspect that his brother's death was not an accident and sets out to follow a complex trail of lies, deceit, cover-ups and backhanders through Newcastle's underworld, leading, he hopes, to the man who ordered his brother killed. Because of his ruthlessness, Carter exhibits all the unstopability of the cyborg in The Terminator (1984), or ... [+]
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- es
November 15, 2015
16 of 18 users found this review helpful
Una escena de “Get Carter” procede de otra parecida de “Monsieur Verdoux”. En ésta, el protagonista se declara telefónicamente a una mujer en una floristería y las palabras acaban por seducir a la dependienta testigo de la conversación. En “Get Carter” la destinataria indirecta es ahora la patrona de la pensión donde se aloja Michael Caine, que practica sexo telefónico con su amante. Las dos escenas ilustran una impostura, un doble engaño, pero la diferencia –cinematográfica- entre ambas es la que puede haber entre hacer el amor y practicar el onanismo. No digo que una cosa sea mejor que la otra, sólo son distintas y cada uno que opine lo que quiera. “Get Carter” pertenece a una época en la que se decide filmar lo feo de forma fea y lo confuso de forma confusa.
Esa es mi visión, es difícil que cambie con los años.
Esa es mi visión, es difícil que cambie con los años.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Hace años que apenas leo crítica profesional y muchos textos de Filmaffinity están en el origen de tal deriva de mis costumbres. No he cambiado mis gustos, o al menos no por esta página, pero sí se me ha proporcionado una perspectiva nueva y los culpables son conocidos por todos porque suelen repetirse entre los predilectos de cualquiera que tenga un listado de críticas favoritas. Algunos afortunadamente siguen por aquí y en otros sitios, algunos se fueron y volvieron, otros están pero no están y alguno hay que no volvió nunca. Qué evocadoramente sentimental se pone uno cuando ve la fecha de su primera crítica y pretende darle un tonto significado al tiempo transcurrido desde entonces.
En parte, “Get Carter” es una película que representa todo lo que cinematográficamente detesto y en parte es un thriller que se redime en su vibrante tramo final. Pero quizás más que todo eso hay que saber apreciar el valor que tiene, porque a veces nuestra visión está desenfocada.
Es verdad: es una película triste, producto de un tiempo de crisis y un entorno enfermo. Es verdad: la película se define por la arquitectura que muestra. Es verdad: como en tantas películas del momento se ven jóvenes bailando pero es distinto, no hay encanto. Es verdad: la música no pretende ser “cool”, tiene un efecto hipnótico de ida y vuelta, que se cierra sobre sí mismo. Es verdad: el personaje central no muestra una actitud con la vida y los seres humanos sino una falta absoluta de actitud. Es verdad: no es divertida la violencia de “Get Carter”, el humor de de las situaciones está aplastado por la atmósfera sucia, los neones horribles, por ese empapelado de la pared al que tan fatalmente parece encadenada la clase obrera británica.
El viaje inicial en tren muestra el trayecto y vemos cómo la misma lente de la cámara se va ensuciando conforme se abre paso el paisaje lunar industrial. Jack Carter vuelve a casa y encuentra un ataúd. El Sargento Pimienta finalmente recibió flores muertas. En su crítica, Normelvis Bates nos lo ha contado y gracias a él enfocamos mejor el objetivo.
En parte, “Get Carter” es una película que representa todo lo que cinematográficamente detesto y en parte es un thriller que se redime en su vibrante tramo final. Pero quizás más que todo eso hay que saber apreciar el valor que tiene, porque a veces nuestra visión está desenfocada.
Es verdad: es una película triste, producto de un tiempo de crisis y un entorno enfermo. Es verdad: la película se define por la arquitectura que muestra. Es verdad: como en tantas películas del momento se ven jóvenes bailando pero es distinto, no hay encanto. Es verdad: la música no pretende ser “cool”, tiene un efecto hipnótico de ida y vuelta, que se cierra sobre sí mismo. Es verdad: el personaje central no muestra una actitud con la vida y los seres humanos sino una falta absoluta de actitud. Es verdad: no es divertida la violencia de “Get Carter”, el humor de de las situaciones está aplastado por la atmósfera sucia, los neones horribles, por ese empapelado de la pared al que tan fatalmente parece encadenada la clase obrera británica.
El viaje inicial en tren muestra el trayecto y vemos cómo la misma lente de la cámara se va ensuciando conforme se abre paso el paisaje lunar industrial. Jack Carter vuelve a casa y encuentra un ataúd. El Sargento Pimienta finalmente recibió flores muertas. En su crítica, Normelvis Bates nos lo ha contado y gracias a él enfocamos mejor el objetivo.