Vista dos veces en mi vida, la primera de ellas tendría yo unos doce años o así y esto pensé de ella (aunque el comentario lo escribí pasados unos años):

"Desvencijada película que por aquellos tiempos nos parecían entretenidas por el exotismo imperante en la cinta.
Bonitas chicas, paisajes maravillosos, acción de pacotilla, pero que nos parecía la pera...
En fin, una película bastante vulgar, que me gustó cuando la vi".

Vista ahora de nuevo (ya que la había olvidado de tal manera que no recordaba haberla visto...), el 1 de agosto de 2022, pienso lo mismo, sustentado por la inmediatez de la visión, con los datos frescos y no olvidados en mi ya vieja memoria.

Me ha parecido una película vulgar, que se puede ver, sobre todo al comienzo, ya que, como se habla de los descendientes de la mítica Atlántida, pues se piensa que habrá un atractivo componente fantástico y con mimbres bonitos de la ciencia ficción... y luego no es así, con lo que la decepción es mayúscula.

El protagonista, un atractivo y pulcro en el vestir, John Ericson, es soso hasta la extenuación y, esta vez, las actrices no son nada extraordinario desde el punto de vista de la belleza.

Lo mejor y casi único positivo, es la fotografía a todo color y pantalla, a cargo del tándem Marcello Masciocchi y Francisco Sánchez.

Una cinta que no es lo más aburrido que yo he visto dentro de este simpático (sub) género de los agentes secretos (mal) clonados europeos de James Bond, pero que resulta a todas luces no poco tediosa.

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