- La historia del perro que es lanzado al espacio es clave. El niño alucina con el hecho, y no me extraña. No me parece que Lasse nos venda un discurso de ideología animalista, simplemente refiere un hecho de una crueldad indecible. Por más que los amigos de la modernidad tecnologicista y del progreso más desenfrenado disculpen y justifiquen la acción, amparándose en la necesidad del proceso evolucionista...tan descabelladas son las argumentaciones que esgrimen los devotos del sistema.

- La moderna tecnología y los medios de comunicación existentes ya demuestra el gran peso que tienen en la vida social. Todo el mundo se vuelve loco con la tele, todo el mundo pendiente de los acontecimientos deportivos, el niño reflexiona sobre las noticias que oye en la radio o ve en los periódicos, de hecho está aturdido por esas increibles noticias que vienen de...miles de kilómetros de distancia. Lasse Hallstrom sólo describe las circunstancias, es nuestro deber discernir.

- La vida del chico no es tan terrible, a pesar del título. La situación de la madre sí es un terrible drama, por supuesto, pero el niño no se queda apegado al sufrimiento, y aunque éste piensa varias veces un "se lo tenía que haber contado", es capaz de saborear otros platos que le ofrece la vida.

- El niño se ve obligado a aprender forzosamente lo que la sexualidad importa a los adultos. Una y otra vez las experiencias le muestran la manera en que los mayores entienden todas las cosas relacionadas con el sexo. E incluso inicia una bonita relación con la chica que es un poco machorra. Este aspecto me resultó convincente. En el cine de hoy, cualquier chica que tenga actitudes marimacho (o similar) parece que tiene que ser una lesbiana. Y lo cierto es que es simplemente una manera de ser, es decir, nos encontramos con una chica bastante masculinizada pero que se siente mujer, y por eso le atrae el pequeño Ingnemar. Hoy día la educación infantil parece que trata de determinar tu tendencia sexual por encima de lo que sientes realmente.