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Colombia Colombia · Bogotá
PierPuccini rating:
10
Drama After nearly two years of unemployment, Antonio (Lamberto Maggiorani) finally finds work posting bills. But he needs a bicycle to do the job. Unfortunately, he was forced to pawn his own bicycle long ago, so Antonio has to exchange his family's linen for his bicycle. But when the bike is stolen on his first day of work, he must comb the streets of Rome in search of the bike: his family's only means to survival.
Language of the review:
  • es
May 15, 2006
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El aparentemente insignificante robo de una bicicleta supone el inicio de una serie de avatares entre un hombre y su pequeño hijo, azotados por la miseria de la Italia de la posguerra.

Apoteósica cinta, orquestada magistralmente por el actor-director Vittorio De Sica. En ella somos testigos de las vivencias de un hombre de bajos recursos, que recientemente ha adquirido el empleo de fijar carteles de películas en las paredes romanas, una metrópoli miserable, sacudida por la guerra.

Tal vez la obra mas grande que ha dejado el neorrealismo, corriente proveniente del país trasalpino, junto a su precursora “Roma, Citta aperta” de Roberto Rosselini, dos cintas en las que se fijaron las bases de un cine hecho por gente de las calles y no por megaestrellas del celuloide, un cine mas personal, de condiciones y presupuestos que rayan en lo precario, una precariedad que pululaba los aires contaminados de la posguerra en que salio a la luz.

Este poético film destila, además de romanticismo y melancolía, la triste atmósfera de ese preciso momento histórico, una obra de denuncia hacia una sociedad donde lo que para algunos es una bagatela, para muchos otros, como el protagonista de la historia, es su sustento diario, su instrumento para obtener aunque sea lo mínimo, alimento.

Como siempre pasa en esta vida, las cosas no salen como lo esperas. Ladrón de bicicletas no es un film donde la esperanza y el amor triunfen sobre la maldad y todo lo injusto termine por ser borrado por arte de magia con las palabras “Fine”, Todo lo contrario a esto, la desgarradora realidad de este maravilloso trabajo lleva consigo un mal sabor de boca que sin duda terminara por concienciar a muchos seres humanos, entre los que me encuentro, a tratar por una vez en sus vidas de comprender que la vida no es mas que un juego contradictorio, donde el triunfo no es mas que una mera apariencia.

Para finalizar debo confesar que la primera vez que la observe, un mar de lágrimas inundó mi rostro. Una de las más grandes cintas de todos los tiempos. Tan amarga como hermosa.

Otro de mis orgullos italianos...

Pierluigi Puccini
PierPuccini
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