Film sencillo en su puesta en escena (pocos emplazamientos de cámara y cortos travellings que intentan escrutar los rostros de los personajes), con actores del momento que brillaron con luz propia. Aparte de esta sutil aclaración, el film a la larga nos imprime la idea de que no se puede tomar la justicia por las manos. Que hay que creer en la justicia.

No obstante, todo lo anterior, el film también es una fiel propuesta a los primeros western que dieron con la inteligente idea de quienes son los buenos y quienes son los malos, cuando un país está surgiendo. Porque no olvidemos que el mejor cine norteamericano esta en el western. Así comenzó la historia del país más rico del planeta.