Regresa el niño travieso de Hollywood, cada vez menos gente le ríe las gracias todo hay que decirlo, esta era una gran oportunidad para que Tarantino cambiara un poco de registro y se alejara de lo que hace siempre. Me esperaba una película sobre la segunda gran guerra diferente a todo lo visto, por algo es Tarantino, pero me la esperaba más seria, con una mayor profundidad, un paso hacia la madurez creativa, el gran comienzo así lo denotaba, pero es imposible, se han vuelto a meter “diálogos ingeniosos” a calzador, se nota que les falta la espontaneidad de sus comienzos, falta frescura hasta en las escenas más violentas y parece todo forzado, el sello Tarantino ya no es una vela arribada, es un ancla que lastra la narración.
Está claro que es una película muy entretenida, pero Kill Bill lo es más ya que se ahorra todas las referencias cinéfilas que se aturullan en los Bastardos de las cuales mi humilde inteligencia no pilló ni una, unos Bastardos que por otro lado no tienen nada de carisma como grupo a pesar que Brad Pitt usa todo su registro de muecas encantadoras o al menos las que le quedaron sin usar tras la saga Ocean’s.
Mención especial para la sobreactuación del nazi caza judíos, sin duda levanta el solo la película en muchos momentos.
El final es de falla valenciana, a tomar por c....
De todos modos la veré otra vez por si acaso después de darle otra oportunidad veo cosas que antes se me escaparon, Tarantino se merece un voto de confianza.