Es probablemente la más floja que haya dirigido Jason Reitman hasta el momento pero no por eso es un trabajo despreciable.
Sin duda lo mejor es Charlize Theron que logra comerse al personaje hasta el punto de que no sólo opaca al resto sino que también nos hace sentir simpatía por un personaje que es absolutamente detestable por el simple hecho de que jamás actúa con sentido común.
Por parte de Diablo Cody, a quien considero una gran guionista, creo que hace un gran trabajo con el personaje protagonista pero se olvida de dibujar a los secundarios, sobre todo a ala pareja Wilson-Reaser, de quienes nunca recibimos muchos detalles.
Respecto de la música y la fotografía que en Reitman siempre son destacables aquí no son la excepción ya que la elección de canciones pop de Kent es maravillosa y la recreación de un pueblo pequeño también es sensacional.
En fin es un relato sobre la inmadurez selectiva de un personaje que se empeña en ser siempre la víctima, sin duda el final es un golpe maestro a la ñoñería hollywoodense.

Lo mejor: Charlize Theron.
Lo peor: le falta algo que traspase la pantalla, una filosofía.