El calor, el aburrimiento y una pierna rota forman una combinación soporífera en esta sobrevalorada obra de Hitchcock.

Interesante idea subyacente, no suficientemente desarrollada, de la variedad de historias y personalidades que se pueden encontrar en cualquier vecindario: una mujer solitaria, las fiestas alocadas en el apartamento de enfrente o un asesino.

La relación entre los protagonistas es lo único que le da un poco de vida a la historia. Y a su relación tan solo le da un poco de vida la investigación del suceso. Poca química, no obstante, entre James Stewart y Grace Kelly. Ella, totalmente fuera de lugar, era ya una princesa en un apartamento de barrio.

Recuerda tanto la relación de la pareja como la línea general de la trama a “Misterioso asesinato en Manhattan” de Woody Allen, esta también una aburrida investigación de una persona ociosa, una Diane Keaton ama de casa que, como Stewart, busca ponerle un poco de sal a su vida investigando al vecino. Pero Allen sabe darle matices más atrayentes mediante su peculiar humor.