Uno de las películas mas indescifrables del ecléctico director en la que se puede caer "engañado" por la interesante sinopsis, el reparto de lujo y el nombre del principal responsable, me refiero a David Cronenberg. En esta ocasión el originario de Canadá realiza una propuesta audaz como de costumbre, pero, si de algo estoy seguro es que gran parte de los espectadores no "comulgara" con lo que esta viendo.

Y eso se debe a que si la futurista historia "en apariencia" trata sobre videojuegos en los que prácticamente las personas se han convertido en una consola viviente y en donde se lleva acabo una feroz lucha entre corporaciones por hacerse del control total de este negocio, ya en la práctica eso es lo de menos, porque la puesta en escena y el desarrollo mismo de la trama principal termina por ofrecernos una de las experiencias más extrañas y "atemorizantes" de finales de los 90, en la que se puede notar el temor que se sentía hacia ciertos avances tecnológicos, específicamente a la "realidad virtual".

Entiendo que se trate de dar un mensaje en contra de la deshumanización de la sociedad que puede ser causada por la inminente evolución de la tecnología y los posibles problemas que puede generar la misma, sin embargo, fiel a su reconocido estilo, aquí se puede notar un mayor esfuerzo por incomodar al respetable, utilizando escenas que van desde lo ultra-realista hasta lo explicitamente desagradable, y si, me temo que si quería irritar, consiguió su objetivo con creces. Después de su visionado se puede entender porque fue un rotundo fracaso en taquilla.

Como dije el reparto es de lujo con nombres de la talla de Jennifer Jason Leigh, Jude Law, Willem Dafoe, Ian Holm (+) Christopher Eccleston y Sarah Polley entre los mas conocidos. También se dejan ver de soporte Don McKellar, Robert A. Silverman, Oscar Hsu, Callum Keith Rennie, Kris Lemche, Vik Sahay y Kirsten Johnson.

Una experiencia bastante sugerente pero no apta para todos.