A pesar de su escasa distribución en España y su poca repercusión internacional, esta película de B. Bonello se trata de una joya del cine, de la que espero que el tiempo ponga en el lugar que le corresponde. A pesar de la dureza de muchas de sus escenas, aborda un tema delicado con gran maestría, del cual no podemos evitar hacer paralelismos con la época actual. El vestuario, las interpretaciones, la música y los decorados, excelentes. El espectador se introduce desde el primer minuto en la claustrofóbica atmósfera del lugar donde se desarrolla toda la trama, dejando para el recuerdo fotogramas que son verdaderas composiciones pictóricas. Aclamada en festivales como el de Gijón en 2011.