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Luis Guillermo Cardona rating:
7
Drama The story starts just before the Civil War, showing Fisk, Boyd, and Luke conning Southern townsfolk into buying bars of soap that, might, have a $10 gold piece inside. Found out, they're chased out of town and escape across the Mason-Dixon Line just as the war starts. Fisk hatches a plan for him and Boyd to return to the South and buy cotton then smuggle it to the North where Luke is to sell it to the Northern textile mills. By the end ... [+]
Language of the review:
  • es
June 7, 2011
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Ligeramente basada en la vida de James Fisk Jr, el hombre que causó uno de los peores días de pánico en la bolsa de Nueva York, en aquel Viernes Negro de 1869 -pocos años después de que terminara la Guerra de Secesión- esta película de Rowland V. Lee se centra en las extrañas motivaciones que un hombre puede tener, por el afán de sentirse grande y poder así conquistar el amor de una mujer.

Desadaptado para la vida escolar, el Fisk de la vida real fue camarero de hotel, vendedor ambulante de dudosos productos, traficante de algodón durante la Guerra Civil y, finalmente, corredor de bolsa donde logró escalar peligrosos peldaños (estos tres últimos hechos pueden verse en el filme). Con su socio Jay Gould se aliaron a Daniel Drew, propietario de los ferrocarriles Erie, y lucharon contra Cornelius Vanderbilt quien pretendía hacerse con ellos. Para todo esto, sobornaron, presionaron, manipularon… y engañaron siempre que se les hizo necesario.

Casado muy joven con una supuesta lesbiana que hasta se atrevía a vivir con su amiga mientras él viajaba, en su estadía en Nueva York, ya mayorcito, Fisk se enamora de la show-girl Josie Mansfield, una chica de negros cabellos y rollizas carnes (nada que ver con la adorable Frances Farmer de la película). A ella la impulsa en su carrera, pero, como dice el dicho “afortunado en el dinero, desafortunado en el amor” y entonces vuelve a ponerse en camino otra fórmula de la vida “cucho consigue chica – chica consigue chico – cucho se queda sin chica y sin “chinco””.

Edward Arnold, un actor de fuerte carácter y de sólida presencia, vuelve y juega, como en “Rivales”, a conquistar el amor de esa mágica mujer que se merecía un lugar muy alto en el cine hollywoodense, pero que, pocos años después, sería víctima de la infamia por querer ser ella misma y negarse rotundamente a ser otra oveja del rebaño.

Rowland V. Lee logra una interesante semblanza del delirio de grandeza, a la vez que sondea los ilusos propósitos de aquellos que, pretendiendo valer por lo que poseen, con cada obsequio dejan sentado el escaso grado de estima en el que se tienen. Y por alguien que no se valora a sí mismo, se puede sentir un profundo agradecimiento si es generoso… pero de ahí, al amor profundo y apasionado, hay un trecho infranqueable, que sólo se gana con el ser… y no hay otra manera.

“EL ÍDOLO DE NUEVA YORK” es también un brindis por la amistad, y aunque Nick (Cary Grant) y Luke (Jack Oakie) sobrepasan aquel límite donde ya no se es amigo sino cómplice, un aliento de luz parece acompañarles cuando el líder pretende escalar hasta el último peldaño de la ambición.

Todos mis pesares para “El rey de Nueva York”. Y brindo por aquellos que entienden que el amor es el único tesoro que se puede poseer.
Luis Guillermo Cardona
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