Click here to copy URL
Luis Guillermo Cardona rating:
10
Drama. Film noir. Romance. Thriller Johnny McQueen, leader of a clandestine Irish organization, has been hiding in the house of Kathleen and her mother, planning a hold-up that will provide his group with the funds needed to continue its activities. During the hold-up, things go sour: Johnny is wounded, cannot make it back to the hideout, and disappears in the back-alleys of Belfast. Immediately, a large-scale man-hunt is launched, and the city is tightly covered by the ... [+]
Language of the review:
  • es
December 11, 2017
6 of 6 users found this review helpful
Tras haber escapado de la prisión en la que se hallaba condenado a 17 años, Johnny McQueen se refugia en casa de Kathleen Sullivan, y con algunos miembros de su organización política (sin necesidad de decirlo está implícito que se trata del I.R.A.), ultima los detalles de un nuevo golpe a los empresarios con el propósito de conseguir fondos… pero, el asalto resultará fallido y el líder terminará en la calle, mal herido y perseguido por la policía dispuesta a no ceder hasta conseguir cazarlo, ya que sobre él pesa una acusación por asesinato.

Lo que tendrá lugar luego es, por sobre todo, un estudio sociológico hecho con una pulcritud y una sensibilidad del más alto nivel, logrando el director, Carol Reed, plasmar con verdadero genio las contradicciones que suelen darse en la sociedad irlandesa… y en cualquier otra sociedad.

Como es de esperarse, Johnny es esa suerte de líder político que despierta por igual amores y repulsas, y según con quien se encuentre en el camino, obtendrá su particular respuesta. Todo transcurre en una larga y muy oscura noche, en la que habrá verano, invierno y nieve, que sirven de efectiva metáfora al avance que va teniendo la vida de aquel revolucionario en el ocaso.

El guion, escrito por F. L. Green y Robert Cedric Sherriff, mantiene un gran nivel dramático y es de un contraste muy calculado, pues, mientras muy sutilmente va encumbrando en sociedad a su protagonista como un valioso y admirable ser humano, va dejando también que, otro sector de esa misma sociedad, ejerza sobre él sus ímpetus de condena… y nosotros, deberemos sopesar las muchas y vitales cosas que suceden, para que nuestra mente y nuestros sentimientos tomen al fin la posición más justa posible.

En un envolvente estado de gracia, Reed pondrá en el camino del fugitivo a una serie de personajes muy significativos y magníficamente delineados que, con geniales actuaciones de un reparto en el que se incluyó a varios miembros del Abbey Theatre, terminan llenando de fulgurantes estrellas ese oscuro firmamento bajo el cual les toca moverse.

James Mason, tiene ocasión de brindarnos a uno de sus más sólidos personajes y, Reed, traza para él unos magníficos logros visuales (la escena con las burbujas de cerveza derramada o la de los cuadros de Lukey, son de la más alta creatividad), que le permiten momentos dramáticos de una emotividad excelsa.

Y en nuestra memoria queda finamente grabada la imagen de aquel par de noveles enfermeras que deciden hacer una obra de caridad, pero chocarán con los más habituales temores; también la de Teresa, la ambiciosa mujer que, por una recompensa, más que por principios, buscará “obedecer” a la ley; la del cochero que, sin conciencia de serlo, hará las veces del ángel que avanzará seguro por entre las zarzas; la de Shell, el vagabundo que cree haber encontrado una “piedra preciosa” que podrá intercambiar por una buena suma de dinero; la de Lukey, el excéntrico pintor que, por fin, encuentra en Johnny la mirada precisa para el santo que ahora pinta… y por supuesto, la de Kathleen Sullivan, la chica que, quizás, consiga mostrar que su amor es realmente eterno.

La puesta en escena es impecable; las carencias materiales y de otra índole quedan debidamente plasmadas; la fotografía de Robert Krasker emana plasticidad y extrae belleza hasta del rincón más sombrío; la edición no deja filtrar ni una sola imagen vacía… y es fácil terminar concluyendo que hemos estado ante una obra maestra con aroma a eternidad.

Los hombres que luchan por la justicia y la libertad, permanecerán por siempre en el corazón de los pueblos.
Luis Guillermo Cardona
Did you find this review interesting and/or helpful?
arrow