Serie cautivadora, llena de encanto y entretenida a más no poder. La empecé a ver y la aparqué en el segundo capítulo porque intuía erróneamente que la cosa se deslizaría por vericuetos macabros y peripecias forzadas y artificiosas. Nada más lejos de la realidad: si bien es cierto que juega con la (tierna) extravagancia de los personajes principales, el tratamiento de las situaciones es delicado y sutil, con una acertadísima mezcla de humor y tragedia que se las compone para agradar e interesar a partes iguales. Así que en el segundo intento la acabé prácticamente de un tirón...inevitable.

Difícil de definir en términos convencionales, hay que verla: no dejéis que os la cuenten y juzgad por vosotros mismos.