Minority Report supuso otro fiasco de taquilla tras el batacazo de Inteligencia Artificial. Spielberg quiso resarcirse pero no lo logró y éso que empieza a mostrarnos que puede realizar otro tipo de films de los que parecía exento, bien por talento, bien por ganas. Se inspira en Hitchkock y en Matrix para la trama en el primero y para la ambientación en el segundo. Nos obsequia con un buen thriller futurista cargado de tinieblas y pesimismo que es de agradecer, a no ser claro, por la guinda final.

La película promete con un arranque espectacular. El eléctrico montaje y la perfecta descripción de los personajes nos inmoviliza en el sofá durante la primera hora. A medida que avanza el film va decreciendo en interés, pecado mortal tratándose de un thriller por ser la presentación mejor que su desenlace. Aún y todo la obra de Spielberg engancha por sus buenas secuencias y sus éxactas e inverosímiles explicaciones.

DESTACO el magistral montaje. A Max Von Sydow alejado de Bergman. La secuencia de las espiarañas (buenísima). Un buen guión. Un arranque magistral y unos efectos especiales de quitarse el sombrero. Las tinieblas en las que parece adentrarse poco a poco.

SUSPENDO el almibarado final, guinda indispensable espilberiana que aquí no hacía falta. Que lo de los precogn, aunque sea la base de la película, no se lo cree nadie. La sonrojante primera fuga de Cruise por infantil y absurda.

El director elabora su mensaje y atina al mostrarnos un mundo en el que las imágenes han sustituido a los valores de toda la vida.