Nos encontramos ante la típica película defendida a capa y espada por los nuevos intelectuales del cine. Nos cuenta que una doncella lleva una ofrenda y por el camino es asaltada por unos chicos malos y que posteriormente la afrenta será vengada. La historia, como ven, no es nada del otro jueves.

Lo malo es que para defender este bodriete casposillo del que posiblemente junto a Dreyer sea el director europeo más sobre valorado de la Historia del Cine, se digan cosas del tipo... fotografía excelente, por lo claustrofóbica y que da ambiente y tal, cuando solo es correcta... interpretaciones magistrales, y no son nada del otro jueves... o afirmaciones del tipo... un guión elaborado -lo escribe un niño de seis años- o una bella historia -que se cuenta en dos líneas-. O se defienda la música o el buen tiempo que hacía cuando se rodó.

En resumen, una obra bastante flojita y que no cuenta nada nuevo que no hayamos visto un millón de veces antes. Sólo apta para personas que piensan que por ver un clásico están siendo regaladas con algo excepcional aunque no lo sientan así y crean que están en la obligación de defenderla ya que nadie quiere parecer rarito. Bastante aburrida y mediocre.