Click here to copy URL
Spain Spain · Madrid
Barfly rating:
7
Drama In a conservative, super-pious Danish town, the widower Morten Borgen -- the father of three boys -- cuts against the grain of the community with his constant heretical doubt. One of his sons, Mikkel Borgen, is entangled in an interfaith romance with a fundamentalist's daughter, while the second, Anders Borgen, is an agnostic, and the third, Johannes Borgen believes that he actually is Jesus Christ -- a conviction ridiculed by almost everyone as pure insanity. [+]
Language of the review:
  • es
December 4, 2009
88 of 125 users found this review helpful
Alentado por deniztek, y preparando el terreno para la inminente y deseadísima degustación de The White Ribbon, discípula de Dreyer según chaquetas, anoche presencié esta inolvidable experiencia.

Porque esta película no se olvida, desde luego. Aunque un alud de sentimientos encontrados me sobrevino tras verla.

Por una parte, su hermosura es demencial, casi obscena. El modo que tiene de embelesar, de magnetizar, de captarte para la causa aunque no tengas fervor religioso, como es mi caso, es evidente.

Tiene semejante capacidad empática que ahí estaba yo, sintiendo la embaucación sobre mis hombros, sintiendo la amenaza del crucifijo como un vampiro malherido. Y me dejé llevar por las trompetas celestiales, confieso, y disfruté la mirada limpia, emocionante y apasionada de Dreyer, y si bien no me identifiqué con esa devoción cristiana en ningún momento, como era de esperar, sí al menos sus personajes me movieron a la piedad, de algún modo me importaban, y eso es valorable.

Pero, por otra parte, no lo negaré, yo confiaba en alguna vuelta de tuerca crítica, en alguna lanza furibunda por parte del desconsolado y ateo esposo, pero no, al final reinó la calma y se abrieron las aguas.

El final, muy bonito y romántico eso sí, a mí no me gustó. Hasta ahí cierta inquietud y una ligera sensación de ambigüedad, o eso creía yo presenciar, me mantuvieron en vilo, pero ese trazo tan propagandístico, complaciente y grueso de su desenlace me sobró.

Y ahí es donde Bergman, por ejemplo, con su modo ambivalente, agónico y hasta canalla de analizar la fe, su delicioso toque unamuniano, me me gusta y me toca infinitamente más, porque me le creo más, porque tiene más aristas y porque no es tan lacrimógenamente oportunista y aleccionador como el de La Palabra.

Pero vamos, como panfleto cristiano, porque la película no es más que un precioso e inmaculado panfleto cristiano, no creo que haya en la historia una película más hipnótica que ésta. Entiendo a la perfección quien la tilde de obra maestra del cine, de hecho si atiendo a lo formal yo también lo creo, pero permitidme que mientras proclamáis eso me retire con Buñuel a tomar unos buñuelonis y a cuestionar un poco el mundo, si sois tan abables.
Barfly
Did you find this review interesting and/or helpful?
arrow