Querida Shigatsu wa Kimi no Uso:

Hay una belleza oculta en las casualidades. No sabría decir por qué comencé a verte. ¿Sería el azar? ¿Sería el destino? ¿Qué pudo hacer que te eligiera entre la inmensidad de series que se producen temporada tras temporada?

La música. Sin duda, fue la música. Una búsqueda de openings que hice una tarde de hastío y me llevó hasta tu Hikaru Nara, de Goose House. No esperaba gran cosa cuando me puse a verlo.

Fue tan solo un minuto y medio. Pero cuando terminó, te habías convertido en todo para mí.

Seguro que piensas que comenzar a ver una serie por el opening es algo superficial. Es cierto, soy una persona superficial. Pero no me importa. Si no fuera superficial, quizás no te habría conocido nunca. Y conocerte es algo por lo que siempre estaré agradecido.

Porque cuando comencé a verte, todo empezó a cobrar color.

Me sumergiste en un caleidoscopio de paisajes llenos de girasoles, cerezos en flor, noches estrelladas y parques pintados con una paleta de más de 24 colores, muchísimos más.

Y aún en el fondo de ese océano, pude oír tu música. Pude verla. Escuché tu ira, tu soledad, tu tristeza en las notas rojas, amarillas y azules que salpicaban el auditorio cuando sonaba el piano. Pero también vi notas destellando con alegría, con pasión, con el deseo de alcanzar el corazón de los demás. Notas que se escapaban de las partituras de Chopin, Beethoven, Debussy y tantos otros genios, latiendo llenas de vida, como luciérnagas a la orilla del río.

¿Cómo se llamaba este sentimiento? ¿Qué nombre tenía?

Felicidad, supongo.

Mozart dijo que emprendiéramos un viaje. Shigatsu wa Kimi no Uso es un drama, una comedia, un romance, un recuento de la vida.

Pero sobre todo, es un viaje. Un viaje con 22 paradas y nueve horas llenas de colorido, lirismo, música y sentimientos.

Durante este viaje Arima Kōsei, un joven prodigio del piano traumatizado por la muerte de su madre, se esfuerza en recuperar su música con la ayuda de todas las personas que lo rodean. Ese, y no otro, es el auténtico tema, el leitmotiv de esta sinfonía: un viaje de sanación, duelo, aceptación y crecimiento personal, que te enseña a seguir adelante a pesar de los más dolorosos reveses que pueda darte la vida.

Una vez llegado el final del viaje, si vuelves la vista atrás y miras el recorrido con perspectiva, ves que todo encaja. Que cada fotograma, cada escena, cada palabra tiene sentido y relevancia, de comienzo a fin. Y sólo puedes pensar: "AGAIN!", y querer visionar de nuevo esta serie, a pesar de todos los defectos que puedas encontrarle a medida que la vas viendo. Porque la amas, y amar también consiste en aceptar y perdonar defectos.

A ti, que no la conoces... ¿La verás? ¿Crees que podría vivir en tu corazón? ¿La recordarías, aunque fuese solo un poco?

No te olvides de verla. No la olvides.

¿Te habrán llegado estas palabras? ¿Te habrá llegado todo lo que quería expresar?

Ojalá te haya llegado.

Shigatsu wa Kimi no Uso, me alegro tanto de haberte visto.

Gracias por todo.

Te quiero.