Algo curioso me ocurrió con esta película. Es tan, pero tan mala, como todas las de su clase, pero es muy, pero muy, entretenida. Es raro, pero al visionar estas películas norteamericanas de cine B de los años 50, uno la pasa realmente bien. Me retrotrae a tardes de cine televisivo de los años 60, cuando era un niño, y estos esperpentos cinematográficos me llegaban a asustar, y me hacían esperarlos ansiosamente en el televisor blanco y negro familiar, a la siesta, o a la tarde, los sábados y los domingos, con sólo dos canales de televisión; o en tardes de verano en que la televisión empezaba a las 18 horas. Película para mayores de 40 sensibles a la nostalgia. Cine de culto a lo grande.