Average rating
6.5
Ratings
5,713
Reviews
5,211
Lists
10
Movie recommendations
- Ratings by category
- Contact
-
Share his/her profile
TOM REGAN rating:
8
7.6
35,875
Drama
Texas greenhorn Joe Buck arrives in New York for the first time. Preening himself as a real 'hustler', he finds that he is the one getting 'hustled' until he teams up with a down-and-out but resilient outcast named Ratso Rizzo. The initial 'country cousin meets city cousin' relationship deepens. In their efforts to bilk a hostile world rebuffing them at every turn, this unlikely pair progress from partners in shady business to comrades. ... [+]
Language of the review:
- es
July 29, 2019
2 of 3 users found this review helpful
92/01(02/06/19) Clásico del Séptimo Arte, considerada obra contracultural (¿?) por el tema sórdido en que se enmarca, en algunos aspectos envejecida, pero en esencia mantiene gran parte de la frescura la hizo icono del cine. El londinense John Schlesinger, amamantado por el Free Cinema británico, consiguió con este film estadounidense enorme éxito le llevó a obtener un Oscar (a pesar de ser título clasificado X) por su trabajo de dirección, galardón también obtuvo el conjunto de esta película (único en esta categoría X que lo alcanzado, aunque la calificación ha sido conmutada a una R). El guión es del Black List Waldo Salt (“Serpico”), adapta la novela homónima de James Leo Herlihy de 1965, sobre una historia de un lavaplatos texano que trata de encontrar el éxito como gigoló en NYC, presentaba temas (prostitución, homosexualidad, abuso de drogas, etc.) que se consideraban transgresores en ese momento, siendo su tema central el reverso amargo del Sueño Americano, el patio trasero de la “American way of life”, relato sobre un par de perdedores en una huida hacia adelante, colocando en el centro un micromundo marginal de putas, chaperos, drogatas, un círculo vicioso del que parece imposible escapar, un micromundo desesperanzado, donde reina la tristeza, la amargura, la miseria humana, un bromance que loa la amistad en las peores circunstancias, ello con un desarrollo que gradualmente va virando de la comedia al drama más sombrío. Todo esto enaltecido por dos actuaciones fascinantes como las de Dustin Hoffman (tras “El graduado” cambió radicalmente de registro), y el debutante Jon Voight, con una química entre los dos sublime. Tiene entre sus defectos el manejo de los flash-backs (para apuntar detalles del pasado de Joe Buck) que estorban y no suman, y sus ensoñaciones, que juegan como recursos desorientadores, así como el reflejo que se hace de la homosexualidad la siento homofóbica, primero porque los que abiertamente lo son resultan ser personas acomplejadas y con problemas mentales, y luego por ocultarnos que en realidad no es una historia de amistad, si no de dos enamorados gays.
Joe Buck en su odisea hacia su singular Sueño Americano (reflejado en la ilusión con que vislumbra en el horizonte desde el bus la Liberty Statue) en la prostitución masculina, se imagina como que las mujeres caen rendidas a sus encantos de hombretón rubio texano. Ello discurriendo en su primera parte en aire jocoso, ejemplificado en imágenes que vemos de NYC, todo más luminoso, bullicio positivista, vira sutil tras varios encuentros y desengaños hacia el drama sórdido, azuzado por la fotografía, se vuelve más gris y fría (cala en el espectador), donde el mercado del sexo masculino se atomiza sobre la homosexualidad, hacia encuentros de chaperos (la calle 42d es el campo de acción principal de este sector “comercial”), donde los clientes son tipos acomplejados, timoratos, huidizos, generando clima enfermizo en el espectador. Con lo que el ansiado Sueño Ameircano se va oscureciendo a medida avanzan los días, la idealización que tenía de lo que era Nueva York se va cerrando sobre Joe, lo va asfixiando. El guión pone parte de su fuerte en el contraste de colocar a un tipo cándido que viene la conservadora Texas en la Nueva York convulsa de finales de los 60, con su contracultura, sus aires psicodélicos,
Esto se entrelaza con la relación disfuncional que se establece con el viscoso Ratso (Dustin Hoffman). Un estafador, oportunista, tunante, ladrón, lisiado, tuberculoso, que partiendo de un engaño en el que la picardía de este embaucará a Joe. Entre los dos “losers” irá surgiendo una entrañable amistad cuando Ratso ofrece su (mísero) hogar al vaquero para dormir, a partir de aquí se irá forjando una asociación de dependencia (en el que tengo que dar la licencia de creerme de que Joe quiera estar con un tipo tan asqueroso como Ratso), mediante diálogos que rezuman naturalidad, con situaciones que los unirán, con gestos que emiten cariño, en el que surcarán este Nueva York deprimente, alejado del glamur (no se ve el Central Park, el Sky Line, o el Puente de Brooklyn, …), dos marginales seres que se mueven por la inmundicia de la ciudad, por cafeterías mugrientas, el sucio metro, edificios a punto de derribarse, hoteles feistas, cines porno vomitivos, donde el sexo es solo mercancía vacua, fiestas extravagantes, la mente primaria de Joe se compenetrará con la mundana de Ratso, los dos colisionaran en una urbe hostil, por la que pululan todo género de personajes variopintos, mujeres insatisfechas, homosexuales fanáticos religiosos, universitarios gays que timan a chaperos, una mujer que juega con un ratón en una cafetería, o un comercial de mediana edad que desea una aventura gay.
Los flash-backs se rebelan como un artificio confuso, se puede sonsacar de los flashes con que los vemos Joe fue dejado por su madre a cargo de su abuela, el gusto por la vestimenta cowboy viene de un amante de su yaya, que tuvo una novia que sin saberse motivo fue abusada sexualmente por un grupo de jóvenes, mientras a Joe lo maltrataban, pero todo esto se nos muestra difuso, bocetos que además deberían de servir para entendamos mejor la personalidad de Joe, y se me antojan al contrario. De estos traumas no pueden producir un chico tan ingenuo y tierno, debería estar curtido, un tipo duro, no encajan estos recuerdos con este Joe cándido que vemos; Siento que ha habido un tono agrio de misoginia en el modo de ver a las mujeres, las que se ven es la madre que abandonó a Joe, la abuela que tuvo una especie de relación malsana con él, hay insatisfechas, o prostitutas; Tampoco el tratamiento de la homosexualidad se siente defendida, y es que las personas que vemos que buscan a chaperos son gente claramente retraídos sexuales, y encima la relación entre Joe y Rico, mostrada como amistad, solo se puede mantener sólida si es una relación de amor, con lo que se esconde bajo la alfombra de la autocensura la realidad;… (sigue en spoiler)
Joe Buck en su odisea hacia su singular Sueño Americano (reflejado en la ilusión con que vislumbra en el horizonte desde el bus la Liberty Statue) en la prostitución masculina, se imagina como que las mujeres caen rendidas a sus encantos de hombretón rubio texano. Ello discurriendo en su primera parte en aire jocoso, ejemplificado en imágenes que vemos de NYC, todo más luminoso, bullicio positivista, vira sutil tras varios encuentros y desengaños hacia el drama sórdido, azuzado por la fotografía, se vuelve más gris y fría (cala en el espectador), donde el mercado del sexo masculino se atomiza sobre la homosexualidad, hacia encuentros de chaperos (la calle 42d es el campo de acción principal de este sector “comercial”), donde los clientes son tipos acomplejados, timoratos, huidizos, generando clima enfermizo en el espectador. Con lo que el ansiado Sueño Ameircano se va oscureciendo a medida avanzan los días, la idealización que tenía de lo que era Nueva York se va cerrando sobre Joe, lo va asfixiando. El guión pone parte de su fuerte en el contraste de colocar a un tipo cándido que viene la conservadora Texas en la Nueva York convulsa de finales de los 60, con su contracultura, sus aires psicodélicos,
Esto se entrelaza con la relación disfuncional que se establece con el viscoso Ratso (Dustin Hoffman). Un estafador, oportunista, tunante, ladrón, lisiado, tuberculoso, que partiendo de un engaño en el que la picardía de este embaucará a Joe. Entre los dos “losers” irá surgiendo una entrañable amistad cuando Ratso ofrece su (mísero) hogar al vaquero para dormir, a partir de aquí se irá forjando una asociación de dependencia (en el que tengo que dar la licencia de creerme de que Joe quiera estar con un tipo tan asqueroso como Ratso), mediante diálogos que rezuman naturalidad, con situaciones que los unirán, con gestos que emiten cariño, en el que surcarán este Nueva York deprimente, alejado del glamur (no se ve el Central Park, el Sky Line, o el Puente de Brooklyn, …), dos marginales seres que se mueven por la inmundicia de la ciudad, por cafeterías mugrientas, el sucio metro, edificios a punto de derribarse, hoteles feistas, cines porno vomitivos, donde el sexo es solo mercancía vacua, fiestas extravagantes, la mente primaria de Joe se compenetrará con la mundana de Ratso, los dos colisionaran en una urbe hostil, por la que pululan todo género de personajes variopintos, mujeres insatisfechas, homosexuales fanáticos religiosos, universitarios gays que timan a chaperos, una mujer que juega con un ratón en una cafetería, o un comercial de mediana edad que desea una aventura gay.
Los flash-backs se rebelan como un artificio confuso, se puede sonsacar de los flashes con que los vemos Joe fue dejado por su madre a cargo de su abuela, el gusto por la vestimenta cowboy viene de un amante de su yaya, que tuvo una novia que sin saberse motivo fue abusada sexualmente por un grupo de jóvenes, mientras a Joe lo maltrataban, pero todo esto se nos muestra difuso, bocetos que además deberían de servir para entendamos mejor la personalidad de Joe, y se me antojan al contrario. De estos traumas no pueden producir un chico tan ingenuo y tierno, debería estar curtido, un tipo duro, no encajan estos recuerdos con este Joe cándido que vemos; Siento que ha habido un tono agrio de misoginia en el modo de ver a las mujeres, las que se ven es la madre que abandonó a Joe, la abuela que tuvo una especie de relación malsana con él, hay insatisfechas, o prostitutas; Tampoco el tratamiento de la homosexualidad se siente defendida, y es que las personas que vemos que buscan a chaperos son gente claramente retraídos sexuales, y encima la relación entre Joe y Rico, mostrada como amistad, solo se puede mantener sólida si es una relación de amor, con lo que se esconde bajo la alfombra de la autocensura la realidad;… (sigue en spoiler)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
View all
Spoiler:
… Tampoco entiendo porque esta pareja, ante la falta de comida en condiciones, o lugar donde dormir, no buscan un trabajo, aunque por otro lado intentaran mover el negocio de gigolo. En uno de los flash-back vemos que la novia de Joe Buck y es Crazy Annie, encarnada por Jennifer Salt, hija del guionista Waldo Salt.
Jon Voight como Joe Buck está magnífico en su debut en cine (nominado al Oscar por su rol), desborda de ingenuidad su papel de gigolo-chapero, tipo apuesto, risueño, de una expresividad arrolladora, apasionado, positivista, con gestos que dotan de matices al personaje, como su radio siempre al oído o ese chicle que mastica, a parte de su atuendo de cowboy (de ahí el título del film), sus andares arrogantes, y sobre todo la química grandiosa que tiene con Hoffman. Voight recibió el salario mínimo del Screen Actors Guild, concesión que hizo para obtener el papel; Dustin Hoffman, tras dos años sin actuar (desde la homérica “El graduado”) da una actuación memorable como el viscoso vividor Rico "Ratso" Rizzo, partiendo de una apariencia grasienta y pusilánime, con cabello enmarañado, con ropas roñosas, con andares de cojo (cojera que consiguió metiéndose piedras dentro del zapato), con habla singular, le dan imagen propia de su apodo Ratso (derivado de rata), la naturalidad con la que se mimetiza es antológica, como botón queda esa escena en que cruzando la calle con Joe un taxi casi les atropella y Rico reacciona golpeando el coche (todo improvisado por el actor, pues la escena para ahorrar costes estaba siendo filmada a escondidas, con transeúntes reales), su patética encarnación es todo un prodigio a enseñar en las escuelas de actores. Teniendo una compenetración fluida con Voight, siendo conmovedor cuando Rico le abre su corazón a Joe y le cuenta que su padre era un analfabeto inmigrante italiano cuyo trabajo le llevó a una lesión de espalda, luego sufrió daños en los pulmones por la exposición a largo plazo con la limpieza de zapatos, estremecedor. La interpretación de Hoffman en esta película se encuentra en la 7ª posición en el ranking de la revista Premiere sobre las 100 mejores interpretaciones de la historia; Entre secundarios destaca Sylvia Miles como Cass, mujer de mediana edad, a la que Joe confunde como insatisfecha mujer pudiente, cuando en realidad es una prostituta de lujo, su breve actuación mereció candidatura a mejor actriz secundaria al Oscar; Brenda Vaccaro como Shirley, mujer de mundo que en la psicodélica fiesta es reflejada como la respuesta a los deseos de Joe, pero lo peor para un aspirante a gigoló hace acto de presencia, derivando en una grácil comprensión y dulzura por parte de ella.
Diseño de producción de John Robert Lloyd (“Un diamante al rojo vivo”) recreando en sus escenarios un NYC tétrico; Todo filtrado por la excelente cinematografía de Adam Holender (“Smoke”), modula dramáticamente de la luminosidad del inicio a ir gradualmente oscureciéndose hacia tonalidades gélidas, mostrando escenas de bullicio en la calle, proyectando una urbe inosita, arisca, componiendo estampas icónicas con los dos amigos andando por Nueva York, o siendo juguetona en la escena de la fiesta psicodélica; John Barry (“Memorias de África”), supervisó la música y compuso la partitura, ganó un Grammy por Mejor Tema Instrumental. La canción de Fred Neil "Everybody's Talkin' " ganó un Premio Grammy a la Mejor Interpretación Vocal Contemporánea, para Harry Nilsson, Schlesinger eligió la canción como tema. Otras canciones consideradas para el tema incluyen "I Guess the Lord Must Be in New York City" de Nilsson y "Cowboy" de Randy Newman. El tema principal de la película, "Midnight Cowboy", contó con la armónica de Toots Thielemans.
Con sus desgastes, queda una notable obra, de las que se te quedan por excelente realización, por la historia que cuenta, y por grandiosas actuaciones. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/07/cowboy-demedianoche.html
Jon Voight como Joe Buck está magnífico en su debut en cine (nominado al Oscar por su rol), desborda de ingenuidad su papel de gigolo-chapero, tipo apuesto, risueño, de una expresividad arrolladora, apasionado, positivista, con gestos que dotan de matices al personaje, como su radio siempre al oído o ese chicle que mastica, a parte de su atuendo de cowboy (de ahí el título del film), sus andares arrogantes, y sobre todo la química grandiosa que tiene con Hoffman. Voight recibió el salario mínimo del Screen Actors Guild, concesión que hizo para obtener el papel; Dustin Hoffman, tras dos años sin actuar (desde la homérica “El graduado”) da una actuación memorable como el viscoso vividor Rico "Ratso" Rizzo, partiendo de una apariencia grasienta y pusilánime, con cabello enmarañado, con ropas roñosas, con andares de cojo (cojera que consiguió metiéndose piedras dentro del zapato), con habla singular, le dan imagen propia de su apodo Ratso (derivado de rata), la naturalidad con la que se mimetiza es antológica, como botón queda esa escena en que cruzando la calle con Joe un taxi casi les atropella y Rico reacciona golpeando el coche (todo improvisado por el actor, pues la escena para ahorrar costes estaba siendo filmada a escondidas, con transeúntes reales), su patética encarnación es todo un prodigio a enseñar en las escuelas de actores. Teniendo una compenetración fluida con Voight, siendo conmovedor cuando Rico le abre su corazón a Joe y le cuenta que su padre era un analfabeto inmigrante italiano cuyo trabajo le llevó a una lesión de espalda, luego sufrió daños en los pulmones por la exposición a largo plazo con la limpieza de zapatos, estremecedor. La interpretación de Hoffman en esta película se encuentra en la 7ª posición en el ranking de la revista Premiere sobre las 100 mejores interpretaciones de la historia; Entre secundarios destaca Sylvia Miles como Cass, mujer de mediana edad, a la que Joe confunde como insatisfecha mujer pudiente, cuando en realidad es una prostituta de lujo, su breve actuación mereció candidatura a mejor actriz secundaria al Oscar; Brenda Vaccaro como Shirley, mujer de mundo que en la psicodélica fiesta es reflejada como la respuesta a los deseos de Joe, pero lo peor para un aspirante a gigoló hace acto de presencia, derivando en una grácil comprensión y dulzura por parte de ella.
Diseño de producción de John Robert Lloyd (“Un diamante al rojo vivo”) recreando en sus escenarios un NYC tétrico; Todo filtrado por la excelente cinematografía de Adam Holender (“Smoke”), modula dramáticamente de la luminosidad del inicio a ir gradualmente oscureciéndose hacia tonalidades gélidas, mostrando escenas de bullicio en la calle, proyectando una urbe inosita, arisca, componiendo estampas icónicas con los dos amigos andando por Nueva York, o siendo juguetona en la escena de la fiesta psicodélica; John Barry (“Memorias de África”), supervisó la música y compuso la partitura, ganó un Grammy por Mejor Tema Instrumental. La canción de Fred Neil "Everybody's Talkin' " ganó un Premio Grammy a la Mejor Interpretación Vocal Contemporánea, para Harry Nilsson, Schlesinger eligió la canción como tema. Otras canciones consideradas para el tema incluyen "I Guess the Lord Must Be in New York City" de Nilsson y "Cowboy" de Randy Newman. El tema principal de la película, "Midnight Cowboy", contó con la armónica de Toots Thielemans.
Con sus desgastes, queda una notable obra, de las que se te quedan por excelente realización, por la historia que cuenta, y por grandiosas actuaciones. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/07/cowboy-demedianoche.html