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TOM REGAN rating:
7
![](https://filmaffinity.com/images/myratings/7.png)
6.3
2,807
Comedy
Luna and Diego are the parking lot security guards. Diego does the night shift, and Luna works by day.
Language of the review:
- es
April 12, 2017
2 of 3 users found this review helpful
67/06(09/04/17) Sugerente cortometraje de 15 minutos de Juanjo Giménez que nos habla de la incomunicación de nuestro tiempo, y lo hace de un modo muy poético, sirviéndose del baile, y ello abordando su núcleo en una especie de cuasi-revisión del relato “Lady Halcón”, donde un hombre y una mujer tenían una maldición por la que no se podían tocar al ser ella un halcón de día y él un lobo de noche, en este caso es algo más mundano, es el horario de trabajo el que les separa (solo unidos por el parco saludo en el relevo), uno hace media jornada laboral de guardia (Nicolás Ricchini dando vida Diego) en un parking, y ella (Lali Ayguadé dando vida a Luna) la otra mitad, pero por azar mantendrán una lírica relación a través de las cámaras de seguridad, también tiene ciertas dosis del anuncio de Navidad del vigilante nocturno de la fábrica de maniquís. Corto nominado al Oscar en su categoría (no ganó), y que tiene el singular honor de ser la segunda obra española con la Palma de Oro en Cannes, tras la buñueliana “Viridiana” (1960). Está protagonizado (los ya mencionados) por dos bailarines y coreógrafos, realizó dentro del curso de Creación y Dirección Cinematográfica de la Escuela de Cine de Reus, concebido como una lección de dirección para los alumnos, en colaboración con la productora del realizador, Nadir Films. La historia de "Timecode" proviene de una anécdota personal del director Juanjo Giménez, cuando trabajaba en departamento financiero de una empresa. Un día a la semana tenía menos carga trabajo y escribía sus historias al ordenador del trabajo, una de sus compañeras lo descubrió y lo usó en su contra.
Es una microhistoria bien explotada, jugando con un espacio tan poco romántico como el desnudo hormigón de un parking, sumado a las impersonales múltiples cámaras de video vigilancia, esto aderezado por una danza extraña e hipnótica de movimientos acompasados y precisos, cual olas del mar relajantes, esto alternado con cada personaje, otorgando su carga individual. El realizador sabe mostrar esto en contraposición a un mundo mecánico y cuasi-robótico, exhibido esto en el modo marcial en que Luna se pone su uniforme, la forma en que se pone el moño, esto asentimentalidad es retocada de modo sutil, cuando vemos que ella se olvida en el vestuario de hacerse el recogido en el cabello y lo hace de camino a la cabina de curro, esto exponiendo que tiene prisa por ver el “regalo” que su predecesor le ha dejado y como hacerle un “quid pro quo”. Es una propuesta de buenas intenciones, superficial, de humor liviano, sin carcajadas, pero de alguna mueca de satisfacción, donde el diálogo es casi nulo, de hecho el poco que hay (excepto su coletilla final) es prescindible, manejando Giménez de modo sugestivo la visualidad de la narración, siendo el núcleo un peculiar juego de seducción a través del baile.
Corto que nos habla de las dificultades de comunicación en el mundo moderno, de cómo escapar a la monotonía del trabajo y más trivialmente de la explotación laboral (jornadas de 12 horas), pero sobre todo del arte en modo danza como elemento de comunión.
Es una microhistoria bien explotada, jugando con un espacio tan poco romántico como el desnudo hormigón de un parking, sumado a las impersonales múltiples cámaras de video vigilancia, esto aderezado por una danza extraña e hipnótica de movimientos acompasados y precisos, cual olas del mar relajantes, esto alternado con cada personaje, otorgando su carga individual. El realizador sabe mostrar esto en contraposición a un mundo mecánico y cuasi-robótico, exhibido esto en el modo marcial en que Luna se pone su uniforme, la forma en que se pone el moño, esto asentimentalidad es retocada de modo sutil, cuando vemos que ella se olvida en el vestuario de hacerse el recogido en el cabello y lo hace de camino a la cabina de curro, esto exponiendo que tiene prisa por ver el “regalo” que su predecesor le ha dejado y como hacerle un “quid pro quo”. Es una propuesta de buenas intenciones, superficial, de humor liviano, sin carcajadas, pero de alguna mueca de satisfacción, donde el diálogo es casi nulo, de hecho el poco que hay (excepto su coletilla final) es prescindible, manejando Giménez de modo sugestivo la visualidad de la narración, siendo el núcleo un peculiar juego de seducción a través del baile.
Corto que nos habla de las dificultades de comunicación en el mundo moderno, de cómo escapar a la monotonía del trabajo y más trivialmente de la explotación laboral (jornadas de 12 horas), pero sobre todo del arte en modo danza como elemento de comunión.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Todo culminado en un clímax final bonito, donde vemos a los dos amantes bailarines solitarios por fin unidos en su danza de reminiscencias sexuales, vistos como no, a través de las cámaras de seguridad, con ese jocoso epílogo del chico nuevo que ante la visión de la bella danza apostilla “Yo no sé bailar”, ante la mirada cariacontecida del jefe.
En conjunto queda un corto apreciable con momentos magnéticos en el baile, aunque rozando la redundancia. Fuerza y honor!!!
En conjunto queda un corto apreciable con momentos magnéticos en el baile, aunque rozando la redundancia. Fuerza y honor!!!