"Young Adult" es la clase de película que habla sobre la vida, así en minúsculas. No sobre La Vida a lo grande, a lo Malick, sino como esa cosa que te va pasando mientras hacías otros planes. Todo pivota en torno a Mavis Gary, una escritora de treinta y siete años con graves problemas para aceptar que el instituto ha acabado y que el grunge ha muerto. Su olímpica ignorancia del proceso de madurez necesario para asimilar la existencia y no morirse de asco en el intento la lleva a regresar a su pueblo con la mentalidad de encontrarse exactamente las mismas cosas y personas que dejó veinte años atrás.

La primera escena con Mavis despertándose en el apartamento hecha unos zorros y desayunándose con una botella a morro de Coca-cola light como si le fuera la vida en ello ya nos pone en antecedentes sobre la idiosincrasia vital de tan peculiar personaje. Mavis es guarra, descuidada, depresiva y bastante odiosa, pero también es tan singular y tan gloriosamente divertida con sus morros torcidos y su odio al mundo que en el fondo cae bien. Una chica perdida en plena crisis que, como en "Beautiful Girls" regresa a su pueblo natal aunque encontrándose con un gordo en lugar de con Natalie Portman.

A partir de ahí, no fiarse del interesado montaje que podemos ver en el trailer y que presenta a "Young Adult" como una comedia: nada más lejos de la realidad. "Young Adult" es más un drama con momentos puntualmente cómicos, una película más interesada en explorar la psicología del personaje que enfrentarle con situaciones intensas. Quien vaya a verla esperando diálogos afilados y humorísticos y escenas de villana de opereta, que se olvide.

A mi parecer los méritos de la película son dos: el propio personaje de Mavis, a la que con otro nombre yo he conocido y padecido; y la buena interpretación de Charlize Theron, que le sabe dar el punto justo entre lo ridículo, lo patético y sobre todo, lo maligno: porque una cosa está clara, Mavis, madura o inmadura, es una auténtica zorra.

El pequeño perrito pomerania que acompaña a la protagonista también merece una mención especial en un año cuajado de buenas interpretaciones caninas. Me lo pido para Reyes.