Tercera entrega de la prolífica saga de cocodrilos iniciada con la entretenida Mandíbulas (Griff Furst, 2010), que está dirigida en esta ocasión por el responsable de títulos de serie B como El Tiburón del Pantano (2011), y protagonizada por Colin Ferguson (La Casa Misteriosa, 2006), y Yancy Butler (La Espada de la Hechicera, 2001).

Un guardabosques, su mujer y su hijo se trasladan a vivir a una cabaña junto a un lago, propiedad de la tía del niño. El pequeño comienza a alimentar a unos cocodrilos bebés como si fueran animales domésticos, sin prever que al cabo de poco tiempo, los cocodrilos comenzarán a ver a la familia como su alimento.

La película hace gala de unos efectos digitales para recrear el cocodrilo antagonista, que supera, en el mal sentido, a los ya de por sí pesimos efectos de la segunda entrega. Los protagonistas resultan planos, y en muchos casos sirven únicamente como carnaza para los cocodrilos, y la trama que se presenta es una disparatada escusa para la inevitable matanza. Sobre los evidentes defectos que plagan la película, consigue ser un entretenimiento culpable con algunas muertes y escenas disparatadas que divierten en ocasiones, e incluso llegan a provocar algún momento cómico de forma involuntaria.

Mandíbulas 3 es una mediocre película de serie B que sobre tener algunos elementos curiosos, pasará de forma inadvertida sin llegar a ser más que un pasatiempo.

Nota personal 3/10