La película no me ha dejado indiferente, tiene buenos diálogos, me gustan los paralelismos con Jesucristo y aquello de la bondad, sentimientos,etc. que aparentemente caracterizan a la raza humana que en esta obra se ven precisamente en el que no es humano (o sí) y carece de ellos.
Esa es la idea que más me ha gustado, la vida infértil del médico, la escasez de sentido en su día a día, viendo una y otra vez videos de tiempos pasados, pero cuando estaba con sus hijos en el presente no se entregaba como debía...típico humano, cualquier tiempo pasado fue mejor y estás teniendo un presente que no estás sabiendo aprovechar.
Miles de instantes desperdiciados como si viviésemos eternamente.
Somos muchos los doctores Denis por el mundo.
Creo que muchos humanos tenemos un Dr. Julio D. y un Rantés dentro...el arte consiste en saber reconocer con quien habitamos más, a quién queremos esconder y a quién sacar. Requisito:
La autoreflexión que no es regalada a todo el mundo, así como tampoco lo es un entusiasmo inherente por la belleza de las pequeñas cosas.
Yo también me declaro totalmente corrompida por los atardeceres y por las noches claras de luna llena y, gracias a la vida, por tantas otras cosas.