El capitalismo actual es una enfermedad que todo lo corrompe. Allá donde haya negocio, el capitalismo estará presente. Un capitalismo sangrante, que asesina apoyado en los pilares del Poder. Capital, Poder, Mafia, Corrupción, Miseria, Muerte.
En este escenario aparece un policía con firmes principios y técnicas bastante cuestionables que no deja de ser el brazo armado de ese Poder omnívoro, algo que ni siquiera se cuestiona. Sin embargo, una pregunta de su hijo hace que todo cambie, ¿por qué matas? Parece una pregunta sencilla, pero cuando uno es un engranaje del sistema que lo único que hace es girar y girar, no tiene (ni le dejan) momentos para este tipo de reflexiones.
Ese despertar es lo que cambia radicalmente la forma de ver las cosas de Nascimento, el también es parte de ese Poder, una parte, además, miserable pues es casi uno de los ejecutores del sistema. Esa evolución resulta muy interesante para la peli, que pierde en momentos de acción, pero gana en el aspecto social.
La construcción de la historia no es que sea muy original, es algo ya visto en el cine estadounidense y en ese sentido pierde un poco la frescura de la primera, que tenía una acción muy bien filmada. Si son destacables los aspectos técnicos, tanto la fotografía (la cámara siempre bien puesta), el sonido y el trabajo de los actores principales.
En definitiva, una buena historia, bien rodada y que nos hace pasar un rato muy agradable.
Lo mejor: la evolución del personaje de Nascimento; las escenas de acción.
Lo peor: pierde originalidad en relación a la primera. Y como en el caso de El Infierno es increíble que esta peli no tenga distribución en España y cientos de memeces yankees estén semanas en cartel (una muestra más de el Poder).
La escena: la de la cárcel es una escena con mucha tensión, muy bien resuelta.