Se me escapo en su día este nombrado y laureado debut de Haggis en la gran pantalla y tenia cierta inquietud por visionarla, precedida de tan buenas críticas, incluso de mi admirado Carlos Boyero, me frotaba las manos cuando ya por fin y con algún año de atraso me disponía a verla.
A veces cuanto más esperas algo, más te defrauda, pones tantas ganas que las expectativas no se cumplen, se te queda una cara de tonto, sobre todo porque te empiezas a preguntar, que es lo que no has entendido, que no has captado. Los demás se han dado de cuenta y yo no, cuando eso sucede hay que retornar a loa orígenes y preguntarte, me ha entretenido, me ha emocionado, se me ha hecho corta, preguntas sencillas cuyas respuestas en este caso no son satisfactorias.
Quizás el mensaje es que hay que creer en algo con fe para conseguirlo, o que en esta sociedad que nos hemos dado, solo hay insolidaridad y egoísmo, la verdad no lo se, circulan por ella unos personajes poco creíbles, radicales y exagerados al máximo y algunas situaciones se resuelven bastante mal. Es además sensiblera y manipuladora, dos defectos muy graves para una película que se digne, y si bien es cierto que Cheadle y Dillon están en muy buena línea, ellos solos no pueden salvar el resultado.