Más que por su valor cinematográfico, este documental me resulta apreciable por estar dedicado a Gregory Peck, un buen actor y una buena persona, condiciones que le hicieron ganar el respeto y el afecto de prácticamente todos cuantos lo trataron.
Como actor trabajó en unas 52 películas, algunas muy buenas y otras no tanto, pero ninguna mala. Varias de ellas abordan y abogan por temas trascendentes, como la aceptación de la diversidad religiosa, el rechazo al antisemitismo y la condena a la segregación racial.
Fue muy apreciado por sus compañeros de trabajo por su solidaridad y su generosidad profesional. Cuando en 1947 el senador McCarthy decidió luchar contra la "infiltración subversiva" en el ambiente cinematográfico, Gregory Peck se unió a quienes rechazaron las restricciones a la libertad de opinión y las presiones para conseguir la delación de los supuestos subversivos. Como ejemplos de su generosidad, puedo mencionar su insistencia por compartir su lugar protagónico con Audrey Hepburn en la película Vacaciones en Roma, aunque en ese film ella debutaba como actriz. Otro ejemplo fueron los elogios que dispensó a Robert Duvall durante una de las entrevistas que se ven en el documental, destacando la actuación de pocos minutos del entonces jovencísimo Duvall en "Matar un ruiseñor".

Este documental, producido por su hija Cecilia Peck, recopila entrevistas, episodios de la vida profesional y personal de Gregory Peck y su presentación en el Teatro Barter de Abingdon, en la que efectuó algunos relatos y respondió preguntas del público. Un crítico comentó "El aura positiva que emanaba del orador se reflejó en la audiencia". La película refleja la bonhomía del actor y el amor por su familia. No obstante creo que la compaginación del material pudo haber sido hecha de manera de dar mas dinamismo al relato y que se hubiera podido ahondar un poco más en la filmografía del actor.

Gregory Peck ganó un Oscar por protagonizar a Atticus Finch en la hermosa película de Robert Mulligan "Matar un ruiseñor". Creo que la naturalidad con que el actor representó a Atticus, se debió en parte a que los valores, actitudes y propósitos que tuvo Gregory Peck a lo largo de su vida, fueron coincidentes con los de su personaje. La imagen de Gregory Peck con la niña que actúa como su hija dormida en sus brazos durante un descanso de la filmación, da la sensación de que actuó como padre dentro y fuera de su personaje. Por ello considero que el Oscar que le fue entregado, vale como homenaje a su labor actoral y a sus cualidades personales.