No he visto demasiado del cine de Kitano. Solo he visto “Brother” y “Zatoichi”, que son tal vez, sus obras más conocidas, y por lo tanto, algo más comerciales que del resto de su filmografía. Es por eso que no soy el tipo más adecuado para juzgar el cine de este cineasta japonés, pero por lo poco que he podido ver, puedo afirmar de qué se trata de un director que se aleja de cualquier convencionalismo. Su forma de abordar el cine es fría, directa y sobre todo, muy contundente, va directamente al grano. En la cinta además, aborda la violencia como el tema central. Y lo hace de una forma casi metafórica y poética que no la hacen nada desagradable. Por si fuera poco, el humor negro que desprende la película hará que fácilmente soltemos alguna carcajada incluso en momentos de acción y violencia gracias a su método de rodaje y al carisma del personaje que interpreta.
La cinta cuenta las desventuras de un yakuza que se ve obligado a huir a EUA donde iniciará un pequeño clan de yakuzas con su hermanastro que con el tiempo se convertirá en una amenaza que desencadenará una guerra entre mafias. La historia refleja el viaje final de todos los personajes participes de la trama, pues ninguno de ellos lleva un modo de vida próspero debido a su grado de implicación con el crimen que desencadena el fatal desenlace de sus propias vidas.